domingo, 21 de febrero de 2021

DE CENIZA AL PRIMER DOMINGO DE CUARESMA

  Comienza el período cuaresmal; esta primera parte hasta el domingo se define como días de Ceniza, que comienza con la imposición simbólica de la ceniza sobre la cabeza, en demostración de nuestra poquedad y nuestra necesidad de penitencia, para abrirnos más a que nos dejemos llenar por Dios. 

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tres aspectos fundamentales para insistir en la interioridad a la que nos llama el Señor y que expone en estilo repetitivo con tres temas típicos de la espiritualidad cristiana:
          LA LIMOSNA. Y advierte Jesús que no debe hacerse ostentosamente haciendo ver que da uno algo de sus bienes, sino que debe hacerse en lo más secreto; en eso que expresa Jesús –en su estilo extremoso- diciendo que tu mano izquierda no se entere de lo que hace tu derecha. No vayas tocando la trompeta por delante como hacen los hipócritas para demostrar su generosidad. La limosna que se da, sea en lo oculto, de modo que sea Dios el que la ve. Y Dios dará la paga merecida.
          LA ORACIÓN: cuando ores no lo hagas para ser visto de los hombres y que la gente te alabe; no ores con ostentación de que oras. No poniéndote delante de los demás para que te vean, sino entrando en tu interior y orando a Dios con el corazón. Y Dios, que ve el corazón, te pagará. Dios ve en lo escondido, y ahí es donde hay que rezar al Padre, que está también en lo escondido profundo.
          EL AYUNO. El ayuno, el sacrificio, no es para ir por la vida con la cara triste mostrando a los hombres que se está haciendo ese sacrificio. Al contrario, dice Jesús, perfúmate, lávate la cara, presenta un rostro alegre. Y así no serán los hombres los que vean que ayunas, sino tu Padre del Cielo que ve en lo interior. Y Él te recompensará.
         
          Quien dice esas tres características, dice de todo en general. La vida del cristiano tiene que vivirse en el fondo del alma: Los verdaderos adoradores adoran al Padre en espíritu y verdad. Cuando queremos distinguir la sinceridad de la persona, un signo cierto es la naturalidad. Por eso las apariencias externas para significar más devoción o más profundidad, son siempre sospechosas. Y de esto debieran tomar nota aquellas personas que pretenden manifestar más su “mundo interior” con posturas que resultan llamativas y que no responden a ese principio evangélico de vivir la vida cristiana en el interior y no en las manifestaciones externas, que podrán advertirlas los hombres pero no suponen una mayor intensidad de verdad en el corazón.

          La fórmula de imposición de la Ceniza que más se usa es la de Conviértete y cree el evangelio. Convertirse que es ponerse en otra tesitura de la vida, abierta a Dios. Y tal novedad de vida se centre en CREER EL EVANGELIO, en ir transformando la vida en un evangelio viviente, de modo que se tome de Jesucristo el estilo nuevo de interioridad, austeridad, fe, servicio, oración, amor a los demás, compasión…, y todas esas características de Jesús que el evangelio nos pone delante, y que vamos succionando en el día a día para acabar siendo fieles seguidores de el evangelio de vida que Cristo nos ha puesto delante.

 La Cuaresma debe plantearse como una elección que se hace en la vida concreta del creyente, porque ha de tomar postura en su vida: o por Dios o al margen de Dios (no voy a decir “contra Dios” porque ninguno de los seguidores del blog estaría en esa actitud). Pero no es extraño que pueda haber posturas “al margen”. No tanto de una manera voluntaria y deliberada sino en la práctica de la vida loca de cada día.
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          Jueves de Ceniza nos empieza planteando la situación con un texto del Deut.30,15-20: «Mira: hoy pongo delante de ti la vida y el bien, la muerte y el mal. Pues yo te mando hoy amar al Señor, tu Dios, seguir sus caminos, observar sus preceptos, mandatos y decretos, y así vivirás y crecerás y el Señor, tu Dios, te bendecirá en la tierra donde vas a entrar para poseerla.
          Ante la vida de cada persona se abre siempre esa realidad: el bien que invita a seguir a Dios y a sus mandatos; el mal, que es lo contrario. No abiertamente “malo” sino no siguiendo la pauta de lo verdaderamente bueno. No se trata de pecados abiertos, en la regla general, pero sí de medias bondades, de “resbalones” sobre lo que se sabe que se debe hacer y que sin embargo no se hace, por debilidad, pereza, falta de voluntad…
          Eso lleva consigo un premio o un demérito, que se enuncia en el párrafo siguiente: Pero, si tu corazón se aparta y no escuchas, si te dejas arrastrar y te postras ante otros dioses y les sirves… [Otros “dioses” son el amor propio, las pasiones humanas, las “cosas” y personas que nos crean lazos afectivos que pueden no ir en la línea recta…]; si eso es así en la realidad práctica de la vida de un individuo,  yo os declaro hoy que moriréis sin remedio; no duraréis mucho en la tierra adonde tú vas a entrar para tomarla en posesión una vez pasado el Jordán. Naturalmente la cita corresponde a la realidad de aquellos tiempos. No tenemos que hacer otra cosa que buscar el equivalente en nuestro mundo actual: la soberbia, la lujuria, la pereza, el engreimiento y endiosamiento…
          Se concreta todo: Hoy cito como testigos contra vosotros al cielo y a la tierra. Pongo delante de ti la vida y muerte, la bendición y la maldición. Elige la vida, para que viváis tú y tu descendencia, amando al Señor, tu Dios, escuchando su voz, adhiriéndote a el, pues él es tu vida y tus muchos años en la tierra que juró dar a tus padres Abrahán, Isaac y Jacob».
          Es el mensaje que nos propone la Cuaresma desde su mismo inicio. Dios nos pone todo ante nosotros. El hombre ha de tomar postura: ¿Quiere la bendición de Dios o quiere ser puesto fuera del ámbito de Dios? (maldición). Hace solo unos días se sintetizaba todo en una frase: Todo es vuestro, vosotros sois de Cristo y Cristo es de Dios. “Todo es vuestro”. El Señor ha puesto ante cada cual un camino con muchas bifurcaciones. El hombre puede coger el camino que quiere. Pero debe tomar el camino que le hace ser de Cristo, que es el camino de Dios. Por eso, aunque puede elegirse el mal, el que es sensato acaba eligiendo el bien. Y con ello vive, ama al Señor y escucha su voz, apegándose a Dios.

          En el evangelio (Lc.9,22-25) está ya “traducido” todo a la realidad de la predicación de Jesús, que nos señala su camino y, consiguientemente, nuestro camino: «Si alguno quiere venir en pos de mí, que se niegue a sí mismo, tome su cruz cada día y me siga. [El pasado domingo leíamos esa misma cita en el evangelio de Mateo; Lucas añade un matiz: tomar la cruz, la propia cruz, es labor de cada día” para el seguimiento diario de Jesús, en esa continuada elección que la persona tiene que hacer constantemente]. Pues el que quiera salvar su vida la perderá; pero el que pierda su vida por mi causa la salvará. Es una desgracia pretender “vivir la vida, “gozar de la vida”, cuando el verdadero camino es el que Cristo ha señalado si se quiere ir con él. Porque ¿De qué le sirve a uno ganar el mundo entero si se pierde o se arruina a sí mismo?».
        No hay mucho que explicar. Tomemos en serio la palabra de Jesús y vayamos aplicando su llamada a nuestra realidad personal. Es cuestión de meditar. De no buscar escapatorias. De sentirnos llamados a un estilo de vida muy concreto.



Viernes de Ceniza
                      Una insistencia clara a través de las dos lecturas: lo que Dios pide a quien quiere servirlo es que comprometa su interior, y que efectúe en su vida obras de caridad y servicio a sus prójimos. El ayuno, el sacrificio, y toda práctica religiosa no tienen valor cuando sólo se viven en lo externo: Orar para ser vistos, mover la cabeza como un junco, acostarse en el suelo… Todo eso no es lo que agrada al Señor. Así se va desarrollando la 1ª lectura del profeta Isaías (58, 1-9). Lo que agrada al Señor y lo considera verdadero acto de religión, es atender al prójimo en sus necesidades. Eso será como luz de aurora en la vida de quien lo practica. Y la razón clara de todo ello es porque Yo, el Señor, soy misericordioso. Quien quiera vivir de cara a Dios, tiene que practicar la misericordia.

          El SALMO 50 nos lleva a esa realidad del corazón, que es donde se alberga la acción de Dios: Un corazón arrepentido y humillado, Dios no lo desprecia, porque Dios mira al corazón.

          Es también el argumento del evangelio de hoy (Mt.9,14-15) que en su brevedad nos trasmite el pensamiento y la palabra de Jesús ante aquella pregunta que le hacen sobre el ayuno de sus discípulos. Es decir, sobre el no-ayuno de sus discípulos, siendo así que los discípulos de Juan Bautista y los de los fariseos, sí ayunan.
          Jesús responde que sus discípulos, que están con él, están de fiesta, y en la fiesta no van a ayunar. Estar con Jesús es estar en el banquete de la boda. Y no es lógico que estando con él, en plan de fiesta, los discípulos se pongan a ayunar. Tiempo tendrán para hacerlo.
          Pero no perdamos de vista lo dicho: el ayuno que Dios quiere no se queda en lo ritual, en lo externo, en la mera privación de alimento. Se trata de que el ayuno de unos sirva para dar de comer a otros, en las múltiples formas que hay de hacer el bien a las otras personas.

          ¿Por qué conserva la Iglesia días de ayuno o de vigilia? Como un lejano modo de unirse al sacrificio de Cristo. Cristo padeció, y en solidaridad con sus padecimientos, la Iglesia pone esas mínimas formas de participación en el dolor de Jesús. Por eso casi se reduce todo a los viernes, porque Cristo murió un viernes. Hoy se entiende mejor que antes este planteamiento de solidaridad, puesto que lo estamos viendo a cada paso en las reivindicaciones de temas laborales. ¿Por qué no vamos a aplicar al tema espiritual esos mismos modos de unirnos al que sufre? Ya dijo Jesús que cuando él se fuera, ya ayunarían sus seguidores.
          También es solidaridad con el que sufre. Muchas personas se encuentran en situaciones precarias de llevarse el bocado a la boca. Yo ayuno o me abstengo de algo como unión al dolor de mi prójimo, que no es sólo hambre de comida sino que tiene que “ayunar” de otras diversas cosas que a la gente les sobra y aun despilfarran. Todavía más sentido si mi ayuno se materializa en dar de comer a un necesitado.
          Por otra parte: ¡qué poco nos pide la Iglesia! Comparado con las prácticas de otras religiones, lo que nos piden a los cristianos resulta hasta irrisorio. Posiblemente por eso lo valoramos menos. Si se nos pidieran mayores privaciones, muy posiblemente las íbamos a valorar (y cumplir) mejor. Pero lo que se nos pide es tan mínimo que hemos acabado por minusvalorarlo y con ¡cuánta facilidad se salta!
          Yo comparo estos pequeños gestos que nos pide la Iglesia con el pequeño gesto que es un beso. ¡Y sin embargo cuánto se valora un beso! Una realidad de saludo que si se analiza, tiene el mínimo valor material. Pero lo tiene afectivo. Pues así la Iglesia nos pide el gesto afectivo de la obediencia a estos pequeños preceptos simbólicos con los que nos quiere hacer presente y tener recordatorio de otras grandes realidades mucho más profundas, a las que tiende el gesto leve del ayuno y la vigilia. Claro que depende del espíritu que pongamos en ello. La mera materialidad de “la obligación” o “precepto” deja sin sentido a la misma Misa. El espíritu y afecto con que se vive, es lo que da sentido. Y dará más sentido cuanto con mayor amor se una la persona a la razón de ser que la Iglesia ha querido dar a estos gestos.

 Sábado de Ceniza
                      Hay una 1ª lectura (Is.58,9-14) que es “condicional”; expresa una serie de bendiciones de Dios, que vendrán si se viven unas condiciones: Si destierras el gesto amenazador y la maledicencia, si partes tu pan con el hambriento y sacias el estómago del necesitado, entonces brillará tu luz en las tinieblas, y el Señor te dará el reposo permanente y saciará tu hambre. Toda la palabra que encierra esa lectura está en ese tono. Dios está abierto a todas las gracias, pero pide actitudes fieles. Que el día del Señor sea respetado en el culto y en el descanso, buscando que sea realmente “día del Señor” y no ventajas del propio interés para resolver los asuntos. Si el día del Señor lo vives así, el Señor será tu delicia, te alimentaré con la herencia de tu padre. Y como una rúbrica que avala eso, acaba la lectura diciendo: Ha hablado la boca del Señor.

          El Salmo 85 nos invita a repetir: Enséñame, Señor, tus caminos, para que siga tu voluntad. Y esos son los caminos del Señor, los de una vida leal para con los deberes ante Dios y ante el prójimo.

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          Hemos rozado de alguna manera en la 1ª lectura el tema del culto a Dios el “día del Señor”. Y no está de más hacer nuestra reflexión. Cierto que el domingo es largo y da para mucho. Pero LO PRIMERO que pide el domingo es el culto a Dios, la dedicación a Dios. Lo demás va en segundo lugar. Quiere decir que todo ha de ceder ante la santificación de la fiesta. Incluido el hecho de llegar a tiempo y no cuando ya está empezada la Misa. Es penoso ver que se comienza la Misa con media iglesia de fieles y que se va llenando poco a poco. Lo primero es que es una falta de respeto. Pero además es un error pensar que se vive la Misa completa cuando no se ha vivido del principio al final. No se vive la Misa llegando cuando ya está empezada. Aquel concepto de “llegar al evangelio” hace muchos años que está superado por la esencia misma de la Liturgia, y del “oír Misa ENTERA todos los domingos y fiestas de guardar”.
          No se asiste a un concierto llegando tarde, y no se ocurre a nadie preguntar si ha oído el concierto si llega cuando ya esta empezado. Entre otras cosas, porque no se deja entrar cuando ya ha comenzado. Hay naciones donde la puerta de la Iglesia se cierra cuando sale el sacerdote al Altar, y ya no entra nadie más. Eso es cultura y es respeto a la Misa y a los mismos participantes en la Asamblea.
          Y cuando ya está asegurado ese momento de Dios, vendrá el recreo, la distracción, las otras actividades lúdicas que pueden llenar el día del Señor. La vida social actual dificulta mucho esta jerarquía de valores y muchas veces la Misa se queda como “el compromiso” que hay que rellenar de alguna manera. Y del que, con una falta de conciencia recta, algunos acaban por liberarse, “porque han tenido otras cosas que hacer”.

LITURGIA        Domingo 1º Cuaresma- A
          El evangelio nos presenta la situación contraria .... Jesús, hecho Mesías e Hijo de Dios, pasa también por la prueba de la tentación variada: la de romper su ayuno y darse el gusto de comer; la del orgullo, tentando a Dios y poniéndolo en situación de hacer un milagro inútil: la del poder, dominando el mundo entero aun en contra del honor de Dios. Y Jesús no cede ante ninguna de las tentaciones, apoyándose siempre en la palabra de Dios: no sólo de pan vive el hombre; no pondrás a prueba el poder de Dios; a Dios solo adoraré y a él solo daré culto. Y Jesús no se deja atraer por la serpiente que también a él le ha ofrecido ponerse a la altura de Dios y corregirle la plana.
          Es la contraposición que se da entre las dos lecturas que llevan la voz cantante. Es, por tanto, la llamada de advertencia que nos hace la Cuaresma, que nos dice que vamos a sufrir tentaciones de muchos tipos, y que hay que resistir a la tentación apoyándose en la fuerza de Jesús.

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          La Cuaresma se nos presenta como período de reflexión y de mejora, de dominio de nosotros mismos y de unión al Cristo doliente de la cruz. Pero todo eso tiene su otra vertiente de la victoria que Cristo nos ha ganado con su resurrección, hacia la cual caminamos.

          Por eso en la EUCARISTÍA anunciamos la muerte de Cristo, que fue un hecho real en su obra redentora sobre nosotros, pero juntamente proclamamos su resurrección, que es el término hacia el que nos dirigimos. Que no se nos queden esas palabra en mera aclamación que decimos, sino en pensamiento transformante de nuestra vida: caminamos hacia el triunfo… Bien merece la pena la lucha diaria.

domingo, 14 de febrero de 2021

SUBIDOS TODOS LOS AUDIOS DISPONIBLES DEL AÑO 2010

 Querido padre Cantero, pronto se cumplirá un año de tu partida a la Casa del Padre, y hoy he terminado de colgar en el blog los audios de tus ejercicios del año 2010, como convinimos. Para Cuaresma completaré el resto.

Están en la columna de la derecha, un poco más abajo en la pantalla. Que sea el Señor quien atraiga a quien quiera hacia ellos. Yo hice mi parte.