viernes, 17 de julio de 2020

16 julio.- La Virgen del Carmen

Escrito por Manuel Cantero en 2013.
16 julio.- La Virgen del Carmen
Fiesta de profunda raigambre popular, y entroncada precisamente en las bases más sencillas del pueblo.  Por supuesto que un punto esencial de referencia para el mundo de las gentes del mar, que encierran en la advocación del Carmen toda la religiosidad de sus almas. “Las gentes del mar” abarcan muchos estamentos. No son sólo los que salen a la mar en sus barcos y se enfrentan a la lucha que les depara, hasta con amenaza ese “suelo líquido” y tan frágil, dependiente de otros fenómenos atmosféricos. Gentes del mar son igual –y vitalmente- esa constelación de deudos (esposas, hijos, novias, amigos, etc. Que quedan en tierra firme, pero que viven pendientes y hasta encogidos a veces, de cada variación en el estado de la naturaleza. Hoy, con toda la amplia comunicación de los “Medios” y la mucha mayor previsión de la meteorología, viven en tierra los avatares de esos seres queridos que han de buscar su alimento y supervivencia en la mar,
Ahí donde hay alguien de LA MAR, ahí está presente la Virgen del Carmen, en una imagen, una estampa, un póster…, un altar en el corazón de cada cual.
Acompañemos y apoyemos con nuestra oración a la Virgen del Carmen. Y desde las profundidades que puede ir adquiriendo la fe, en la medida que la fe se hace parte viva de la persona, buceemos en ese mar tan sobrenatural que nos eleva al Corazón de la Madre dl Salvador, y que Ella sea quien arraigue en cada corazón de esos devotos suyos, el más genuino sentido del papel de la Virgen en la historia de la fe y de la salvación de cada uno. Que María –la misma que estuvo en el Cenáculo en ese inmenso parto de la Iglesia de Jesucristo, bajo la acción directa del Espíritu-, ponga en lo hondo de esos corazones que la veneran, todo el gran mundo de la Iglesia, la barca segura que conduce a puerto…, empujada por los vitales vientos de los Sacramentos…., y que atraca necesariamente en el CORAZÓN DE DIOS…, en Jesucristo su enviado, y el único Salvador.

Escrito por Manuel Cantero en 2017
Estrella de la mañana
          Los marinos tenían un punto fijo de orientación en sus arribadas a puerto cuando regresaban de sus faenas. Una estrella en el horizonte le marcaba el rumbo. Era lo que ellos llamaban “la estrella de la mañana”. Y les era señal inconfundible para llegar de nuevo a su hogar.
          A María se le vio entonces como la Estrella de la mañana, como ese punto que siempre marca el camino para llegar sin tropiezos al Puerto y desembarcar felizmente en el punto de la salvación. Durante la faena y la lucha diaria, en medio de temporales más  o menos favorables o peligrosos, un punto en el horizonte les estaba siempre diciendo al pescador la dirección que tenía que tomar para no errar y no naufragar.
          El día que las nubes ocultaban la estrella, el pescador tenía que ir a tientas y dejarse guiar por su propio instinto. Pero en el caso de María, la Estrella no se oculta nunca y siempre aparece en el más allá de las nubes, y siempre sirve de orientación.
          Hoy, con los elementos modernos de que se sirve un pescador, María podría llamarse “brújula” o “radar”. Y siempre estaría haciendo la misma función que por siglos enteros estuvo dirigiendo los remos de aquellos pecadores que se buscaron la vida en los mares, y siempre siguieron el rumbo de la estrella de la mañana.
          Hoy, con todos los adelantos, María –La Virgen del Carmen- viene a estar en cada embarcación y acompañar a sus hombres en sus faenas, de mucho calado, a veces en tierras y tiempos alejados, en los que el punto común de apoyo es LA ESTRELLA DE LA MAÑANA, la Virgen Santa María, la Virgen del Carmen, que los marinos de creencias cristianas conservan en lo más hondo de sus corazones, y muchas veces en las proas de sus embarcaciones.
          Ocasión para todos los creyentes de encomendar a las gentes del mar, que viven la mayor parte de su vida en un medio tan lábil, el que les da el sustento –por una parte-, el que los mantiene en vilo en tantas otras ocasiones, el que acaba siendo el sepulcro de muchos… A todos ellos tenga consigo María, y les conduzca al último Puerto donde encuentren el Hogar donde vivan la firmeza de lo que ya no se hunde, y en los brazos de aquella Señora de los mares a la que veneraron con especial devoción.

Escrito por Manuel Cantero en 2018
Ignacio al P. Nicolás Bobadilla

Nuestra Señora del CARMEN
          El P. Bobadilla era un poco difícil, aunque hombre de grandes cualidades, que trabajó maravillosamente en Alemania e Italia, en grandes empresas que le encomendaron. Ignacio, que daba mucha importancia a las cartas, y así establece en las Constituciones que haya comunicación entre los miembros de la Compañía, da unas instrucciones sobre el particular. Bobadilla, caprichoso y un tanto singular, no está de acuerdo con esas disposiciones y se lo hace saber al Santo con la sinceridad que le caracterizaba.
          Ignacio acepta en tono paternal y humilde esa postura pero se mantiene en su posición, y le expresa al P. Bobadilla con el gusto que le dedica el tiempo en estas cartas, por la estima en que le tiene, hasta el punto de que estaría dispuesto a darle su voto para que fuera el Padre General.

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