viernes, 27 de noviembre de 2020

carta al cielo

 Querido sacerdote: hace ya unos meses que te fuiste, cuando se inició la pandemia del covid-19, y estarás disfrutando tu merecido descanso en la Paz de Dios en el cielo. Aquí las cosas ya ves como están. Cuando te marchaste, te libraste de una buena, porque hubiera sido todo muy complicado, pero ojalá estuvieras aquí abajo. La verdad es que si lo pienso no me acostumbro aún a la ausencia de nuestras charlas y confesiones, a los mensajes de correo...

Es muy triste todo lo que está ocurriendo aquí abajo, pero ya sabes, y ahora mejor, el motivo. Con tu marcha han muerto algunas cosas irreemplazables. Es triste.

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