viernes, 27 de noviembre de 2020

Jesucristo Rey del Universo

El sacerdote Manuel Cantero, partió a la casa del Padre en Marzo de este año 2020, víctima del Covid 19. El año anterior, escribió esto el domingo Fiesta de:

Jesucristo Rey del Universo

                      Toda la historia antigua del pueblo de Israel está fundamentada sobre la idea del Reino de Dios. Dios es el único que puede ser Rey de Israel. Mientras el pueblo se mantuvo en esa idea, Israel fue próspero. Cuando el pueblo pretendió parecerse a otros pueblos nombrándose otros reyes, la historia de Israel va pegando tumbos. Se centrará de nuevo en David, como rey, y no ya en su persona solamente sino como inicio de una dinastía, de la que va a surgir el verdadero y único Rey, que es Jesucristo. Jesucristo es el Rey de Israel y el Rey del Universo.
          Cuando los fariseos pretendieron que les concretara cuándo iba a llegar el Reino de Dios, él les responde que no den crédito a los que digan que “esta aquí” o “allí”, porque el Reino de Dios está entre vosotros, o por decirlo en forma directa: el Reino de Dios es Jesucristo mismo, y el Reino de Dios está donde Cristo está.
          En el Padrenuestro nos enseña Jesús a pedir que venga a nosotros el Reino de Dios. Y él llega y es proclamado Rey y él se manifiesta como Rey. El evangelio de hoy es muy expresivo (Lc.23,35-43): sobre la cruz de Jesús, Pilato planta un letrero, que dice: JESUS NAZARENO REY DE LOS JUDÍOS. Y cuando los sacerdotes pretenden que lo cambie, Pilato –hasta entonces condescendiente de más- se afianza en lo escrito. Jesucristo es Rey.
          Y llega aquel malhechor crucificado a su derecha a reconocerle como Rey y le pide que te acuerdes de mí cuando estés en tu reino, y Jesús asiente a aquel título y le dice que hoy mismo estarás conmigo en el Paraíso, en mi Reino de felicidad.
          Ese es el reinado de Jesús; ese es el reinado de Dios. No es un reino humano, un reino de poder e influencias, sino una cruz, desde donde reina Jesucristo, y ese Paraíso prometido al malhechor que ha hecho acto de fe en ese rey ajusticiado como él en un patíbulo infamante de una cruz.

          La 1ª lectura -2Sam.5,1-3- nos muestra la elección que hacen las tribus del norte de Israel, que escogen a David como rey, de acuerdo con Dios que ha prometido: Tú serás el pastor de Israel, tú serás el jefe de Israel. Y lo ungen Rey. Naturalmente David no podía ser el rey para siempre porque moriría. Pero aquel reinado se prolonga hasta los tiempos de Jesús: el hijo de David, el rey de Israel, en quien se verifica ya el Reinado de Dios.

          Y la 2ª lectura –Col.1,12-20- nos dirá que Él es anterior a todo, y todo se mantiene en él… Porque en él quiso Dios reconciliar consigo todos los seres, los del cielo y los de la tierra, haciendo la paz por la sangre de su cruz.

          El año litúrgico nos ha ido llevando en dos líneas paralelas a esa síntesis de nuestra vida que está plasmada en los misterios de la vida de Jesús, por una parte, y en los misterios de la vida de la Iglesia, a través de los domingos del año. Todo ello culmina finalmente en la FIESTA DE JESUCRISTO REY DEL UNIVERSO en la que se recopila todo y da sentido a todo, porque Jesucristo es nuestro rey.
          No se trata de establecer comparación con los reyes de la tierra. El Reinado de Dios es otra cosa. No es reino de poder sino dominio sobre nuestras almas para que en todo momento vivamos de cara a Dios y cumplamos sus decretos. O lo que es lo mismo: para que el evangelio sea nuestra pauta de conducta. No sólo nuestra materia de meditación y oración, sino ley de vida.

          Sea la EUCARISTIA el centro de nuestro conocimiento interno del Corazón de Cristo, y que así reine en nuestros corazones, en el sentir y en el pensar y en el querer. Porque Jesucristo reinará cuando pensemos al modo suyo, sintamos con sus sentimientos, y amemos lo que él ama.

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